Los grandes retos que afrontan nuestras sociedades demandan de una involucración mayor de la ciudadanía en el desarrollo de la ciencia, la tecnología y la innovación. Si no somos capaces de que la ciudadanía deje de ser una mera receptora de los productos de la I+D+I corremos el riesgo de dejar de lado al mayor financiador de los sistemas nacionales de I+D+I.
De acuerdo al último Eurobarómetro realizado por la Comisión Europea en septiembre de 2021, la imagen de la ciencia y la tecnología por parte de los ciudadanos es más que positiva. De hecho, 9 de cada 10 ciudadanos (86 %) consideran que diversas tecnologías emergentes tendrán un efecto positivo en la sociedad, tales como la energía solar (92 %), las vacunas (86 %) o la inteligencia artificial (61 %).
En esta misma encuesta a escala europea vemos también que el interés de la ciudadanía por la ciencia y la tecnología demanda que el conocimiento científico-tecnológico se difunda en espacios mundanos y accesibles para la ciudadanía como centros de titularidad municipal, museos y/o bibliotecas (54 %). Continuar leyendo