El desarrollo de la Inteligencia Artificial tendrá que hacer que los filósofos desempolven sus viejos libros de filosofía para repasar con ellos los antiguos conceptos de Ser Humano, Inteligencia y Posición en el Cosmos.
Verán con añoranza cómo lo que comenzara siendo un apéndice divino puesto en la única Tierra que existía por el mismo Dios (y por tanto con una posición privilegiada sobre el resto de vidas que lo habitaban), poco a poco fue convirtiéndose en una especie más, de entre las muchas posibles que habitaba un minúsculo planeta de los muchos que había: solo que con una evolución un poco más refinada para pasar a ser una Esencia que solo alcanzaba su conciencia por medio de los Lenguajes que habitaba, y sin los cuales nunca podría salir de su nada. Continuar leyendo