La disociación de los dispositivos móviles, por parte de los consumidores, de su fabricación, distribución e impacto ambiental, al igual que las infraestructuras que soportan Internet y la Web, está llevándonos como sociedad hacia un camino sin salida.
Si no se apuesta por la sensibilización y concienciación acerca del coste medioambiental de la revolución digital, corremos el riesgo de agravar irremediablemente nuestra huella medioambiental. Continuar leyendo